Plaza de Toros de Gijón.
11 de agosto de 2015. Toros de La Quinta,
correcta pero desigualmente presentados, 1º terciado y flojo, manejables en
general. Media entrada.
Eugenio de Mora: estocada tendida y un descabello (palmas y sale al tercio a saludos). Estocada desprendida, aviso y
numerosos cachetazos (ovación y saludos
desde el tercio).
Fernando Robleño: estocada caída delantera (ovación
y saludos desde el tercio). Estocada (oreja
con petición minoritaria).
Manuel Escribano: estocada desprendida (palmas
y sale al tercio a saludar). Estocada (dos
orejas, la segunda con menos petición que la primera).
La Quinta volvía a Gijón después de dos Ferias antológicas. Salió
el primero, terciado y guapo, flojo también. Y poco a poco se diluyó el ansia
porque se apareciese Santa Coloma. Ayer poco. Quien se apareció fue Manuel
Escribano, buscando el triunfo siempre. En el sexto cuatro pares de
banderillas, el toro manejable pero sin la fiereza que da emoción, como todo el
encierro. Lo puso él todo, si no quieres ya te aprieto. Eugenio de Mora dejó
varios derechazos de mano baja, de pecho grandes pero no le cogió el aire a esos andares tan santacolomeños. Fernando Robleño le dio larga distancia al
quinto, probablemente un buen toro pero mal picado. Quedose con la cara alta, dijo un abonado gijonés. Y nos fuimos al
cachopo.
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